Según las "Estadísticas Agrarias 2024" del INE, los cultivos de cereales de otoño/invierno experimentaron aumentos de productividad "gracias a la humedad del suelo y a un desarrollo vegetativo regular, aunque los bajos precios y los elevados costes redujeron los márgenes netos de los productores".
Para los cereales de primavera/verano, en particular el maíz en grano, las perspectivas fueron más negativas: descenso del rendimiento, reducción de la superficie (-13,6%) y la producción más baja de la última década.
La producción de hortalizas y patatas experimentó aumentos del 3,1% y el 10%, respectivamente, "a pesar de problemas como el retraso en la plantación", mientras que la producción de tomate de industria experimentó un aumento de la superficie pero un descenso de la productividad. En la producción de frutas, el INE señala "resultados dispares": las manzanas (+7,2%) y las naranjas (+26,9%) se recuperaron de las malas cosechas, mientras que las peras y los kiwis se vieron penalizados por las enfermedades, el bajo cuajado y el cambio climático, y las cerezas sufrieron un "nuevo fuerte descenso" (-35,5%).
Entre los cultivos permanentes, el aceite de oliva destacó con la segunda mayor producción de su historia, y las almendras alcanzaron un récord, consolidando a Portugal como segundo productor de la Unión Europea (UE).
Por el contrario, las castañas "se mantuvieron por debajo de su potencial, a pesar de su gran calidad", y la cosecha se vio obstaculizada por "una fuerte presión de enfermedades y condiciones climáticas adversas", lo que se tradujo en una caída de la producción del 8,1%.