Según una encuesta en la que han participado más de 30.000 jóvenes de 12 países europeos, el deseo de ser padres sigue vivo entre la juventud europea, pero ya no es unánime.
Más de dos de cada tres (67%) se consideran bien informados sobre la fecundidad, cifra inferior al nivel de conocimientos que dicen tener sobre los métodos anticonceptivos (80%), una diferencia que refleja una laguna en la educación reproductiva, sobre todo teniendo en cuenta que menos de la mitad (49%) dice haber hablado de estos temas con un profesional sanitario.
Los datos recogidos indican que el 33% afirma tener poca o ninguna información sobre los factores que influyen en la posibilidad de quedarse embarazada.
Siete de cada diez creen que el acceso a técnicas de preservación de la fertilidad -como la criopreservación de óvulos o esperma- a una edad más temprana les permitiría decidir de forma más independiente si quieren tener hijos y cuándo, y el 77% sostiene que estas opciones deberían debatirse más públicamente para combatir el estigma.
Durante los últimos cuatro años, el Barómetro del Futuro, desarrollado por Merck, ha tratado de comprender las expectativas y preocupaciones de las generaciones más jóvenes sobre el futuro de Europa, incluyendo temas como la salud, la innovación, la sostenibilidad y la paternidad.