Aunque los nombres de las empresas implicadas siguen siendo confidenciales debido a acuerdos de confidencialidad, el banco público se muestra optimista sobre la realización de la mayoría de estos proyectos.

Las iniciativas en preparación abarcan áreas de gran impacto económico y tecnológico, como las infraestructuras, la movilidad eléctrica, las energías renovables y las baterías, e implican a inversores de Europa, América del Norte y América Latina. Según la BPF, estas empresas han identificado claras ventajas competitivas en Portugal, a saber, la localización geoestratégica, la cualificación de la mano de obra y un ecosistema de innovación cada vez más dinámico.

Estos proyectos tienen el potencial de crear miles de puestos de trabajo, reforzar las exportaciones nacionales y consolidar a Portugal en las cadenas de valor mundiales. Aunque el proceso de toma de decisiones corresponde a las multinacionales implicadas, el BPF ha desempeñado un papel central en la facilitación de la inversión extranjera directa (IED), actuando como socio estratégico y financiero en operaciones destinadas a transformar el tejido productivo nacional.

Además de estas nuevas iniciativas, el banco destaca su participación en la estructuración de proyectos ya en curso, que suman más de 3.400 millones de euros de inversión. Entre ellos destacan el nuevo Hospital de Lisboa Oriental, la línea ferroviaria de Alta Velocidad y dos centros de datos en la capital, con un fuerte impacto tecnológico y económico.

Otro proyecto de gran envergadura es la reconversión de la planta de Autoeuropa en Palmela, que permitirá la producción del ID.1, el futuro coche eléctrico de bajo coste de Volkswagen. Esta transformación se considera una iniciativa estratégica para consolidar el sector automovilístico nacional e integrar a Portugal en las cadenas mundiales de producción de vehículos eléctricos.

Paralelamente, BPF lidera el consorcio responsable de la primera Gigafactoría de Inteligencia Artificial en Portugal, un proyecto valorado en más de 4.000 millones de euros. Se espera que la solicitud formal se presente a principios de 2026, marcando otro paso decisivo en el compromiso del país con la innovación y la transición digital.

Con esta cartera de proyectos y el creciente interés de los inversores internacionales, Portugal se afirma como un polo competitivo e innovador en la atracción de inversiones extranjeras, posicionándose para un nuevo ciclo de crecimiento económico sostenible.