"Nos comprometemos a consolidar una estrategia que combine la conservación del medio ambiente y la resiliencia climática, a través de la valorización de los servicios de los ecosistemas forestales, la promoción de la biodiversidad y la prevención de incendios", subrayó el Primer Ministro Luís Montenegro en la cumbre de líderes de la conferencia sobre el clima COP30, que se celebra en Belém, en la Amazonia brasileña.

"Nuestros ecosistemas forestales presentan un conjunto de desafíos, concretamente el riesgo de incendios, que nos obligan a actuar", añadió.

En el compromiso "Llamamiento a la Acción sobre la Gestión Integrada del Fuego y la Resiliencia a los Incendios Forestales", los firmantes reconocen que los incendios forestales son una de las manifestaciones más dramáticas del cambio climático, que afectan a todos los Estados por igual y constituyen un reto que "ningún país es capaz de afrontar solo".

"Es esta conciencia y este propósito de acción lo que nos lleva a confirmar hoy [jueves] que suscribiremos este compromiso", dijo el jefe del Gobierno portugués.

En este sentido, los países se comprometen a "promover una transición desde enfoques centrados en la extinción de incendios hacia estrategias integradas basadas en la prevención, con el fin de lograr una resiliencia sistémica".

En la práctica, esto significa, por ejemplo, invertir en la creación de cortafuegos y en la limpieza periódica de los bosques para prevenir la aparición de incendios forestales, en lugar de invertir únicamente en la compra de aviones para extinguirlos.

Además, acordaron reforzar la cooperación internacional para prevenir, combatir y recuperarse de los incendios forestales, que en los últimos años han afectado especialmente a países como Portugal, Bolivia, Estados Unidos, Brasil, España y Grecia, entre muchos otros.

En este contexto, pretenden establecer un protocolo de actuación para ayudarse mutuamente lo antes posible.

"Esto incluye intensificar la colaboración transfronteriza e interinstitucional" mediante el uso compartido de tecnologías y mejores prácticas, añade la declaración.

Además, pretenden apoyar a las poblaciones locales, como los pueblos indígenas, y luchar contra los delitos medioambientales.

Entre los países que apoyaron el llamamiento figuran Alemania, Brasil, Canadá, Chile, China, Colombia, Cuba, España, Ecuador, Grecia, Indonesia, Japón, Líbano, Marruecos, México, Panamá, Países Bajos, Perú, Portugal, Reino Unido, República Dominicana, Rusia, Uruguay, Corea del Sur y Corea del Norte.