"Tenemos que seguir trabajando. El crecimiento de la población ha sido espectacular; nosotros mismos estamos sorprendidos por los resultados, pero el lince sigue en peligro y está amenazado", afirmó Javier Salcedo, cuando faltan pocos meses para que finalice LIFE Lynx Connect, el cuarto programa de conservación del lince ibérico financiado por la Unión Europea (UE).
Javier Salcedo hablaba a Lusa en Sevilla, España, al inicio del Congreso Internacional del Lince Ibérico, que tiene como objetivo hacer balance y analizar los retos de los programas de recuperación y conservación del lince ibérico, considerados ya un caso internacional de referencia y éxito.
El número de linces en la Península Ibérica aumentó un 19% en 2024, alcanzando los 2.401 animales, según el censo anual realizado por las entidades españolas y portuguesas implicadas en el proyecto de recuperación de la especie, dado a conocer en mayo.
El censo de 2024 identificó 1.557 linces adultos, de los que 470 son hembras reproductoras, 64 más que en 2023.
Los responsables y científicos del proyecto LIFE LynxConnect, dedicado a la recuperación del lince ibérico, que estuvo al borde de la extinción a principios de este siglo, creen que para alcanzar un "estado de conservación favorable" será necesario llegar a entre 4.500 y 6.000 ejemplares, con al menos 1.100 hembras reproductoras.
Financiación
Los proyectos de conservación del lince ibérico, financiados principalmente por los programas europeos LIFE, llevan en marcha más de 20 años, y el número total de animales ha pasado de menos de 100 en 2002 a más de 2.400 en 2024.
El año pasado, la especie fue reclasificada de "en peligro" a "vulnerable" en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza(UICN).
Javier Salcedo ha subrayado hoy que "vulnerable" sigue siendo una clasificación dentro de las categorías de amenazado y en peligro, y que "a pesar de las noticias tan positivas, queda mucho por hacer", por lo que es necesario seguir trabajando para sacar al lince ibérico de esta clasificación.
El primer proyecto LIFE para el lince ibérico comenzó en 2002, y el actual utiliza la palabra "conectar" como referencia, con el objetivo de promover las conexiones entre las poblaciones existentes en varias zonas de la Península Ibérica para "crear una metapoblación genética y demográficamente funcional".
Para Javier Salcedo, el próximo proyecto LIFE -actualmente en evaluación por la Unión Europea- debe guiarse por la palabra "resiliencia".
"Resiliencia climática, resiliencia antropogénica [frente a la actividad humana], resiliencia territorial y resiliencia genética", dijo Javier Salcedo, quien explicó que, además de la necesidad de aumentar la población total de jaguares, es necesario abordar otros retos, como la baja diversidad genética, una "amenaza silenciosa" que hace a la especie muy vulnerable a enfermedades, por ejemplo.
"De todas las especies de las que se conoce su genoma, el lince es la que menos diversidad genética tiene" y, a pesar del trabajo realizado en los últimos años, "la diversidad genética sigue siendo la misma o menor que al principio", subrayó.
Retos
Entre otros retos de futuro, Javier Salcedo citó la necesidad de entender por qué el 60% de los linces prefiere vivir en territorios "humanizados", con mayores amenazas, y fuera de espacios protegidos como los de la Red Natura 2000.
Javier Salcedo destacó la elevada mortalidad de animales por causas no naturales, como atropellos o caza ilegal.
Aún así, en declaraciones a Lusa y en la sesión inaugural del congreso de Sevilla, insistió repetidamente en que el éxito de la recuperación del lince ibérico sólo era posible mediante el entendimiento entre varias administraciones públicas (gobiernos regionales españoles y entre Portugal y España) para desarrollar una estrategia integrada y común, y también con la implicación en un mismo proyecto y con un mismo objetivo de la sociedad civil y de sectores muchas veces enfrentados, como las asociaciones de cazadores, los ecologistas, los agricultores y los propietarios privados de terrenos y fincas.
El proyecto de recuperación y conservación del lince ibérico consistió inicialmente en la cría en cautividad, liberándose los primeros animales en el medio natural en 2011.
Desde entonces, y hasta 2014, se liberaron 403 animales nacidos en cautividad.
En el proyecto de recuperación y conservación del lince ibérico participan varias entidades públicas y privadas de Portugal y España.
En Portugal, la coordinación es responsabilidad del Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques(ICNF).








