Y cuanto más sigo nuestro tejido empresarial, más creo que el país está ganando por fin confianza, escala y ambición para jugar en las grandes ligas.

La reciente edición de los Premios a la Exportación y la Internacionalización es más que una ceremonia. Es un espejo de la energía creativa que está redefiniendo nuestro futuro. En ella, cada startup distinguida representa lo mejor que Portugal puede ofrecer: una extraordinaria capacidad para transformar retos en oportunidades y aportar valor al exterior. No se trata sólo de exportaciones, sino de visión, coraje y talento.

Y las cifras confirman que no estamos hablando de fenómenos aislados. Las exportaciones portuguesas crecieron un 14,3% en septiembre, manteniendo un ritmo constante a lo largo del año. Se están consolidando como un pilar esencial de nuestra economía y uno de los motores que más contribuyen a nuestro posicionamiento internacional.

Lo que me entusiasma especialmente es cómo nuestras startups están liderando este cambio. Portugal cuenta ya con más de cinco mil startups, responsables de 28 mil puestos de trabajo y de casi 3 mil millones de euros de facturación. Y lo más impresionante es que cerca del 70% de estas empresas ni siquiera existían hace cinco años. Nacieron globalizadas, nacieron digitales, nacieron exportadoras. Es una nueva generación que no tiene miedo de pensar fuera de la caja o fuera del país.

Veo aquí algo mucho más grande que las estadísticas. Veo una transformación generacional. Veo jóvenes líderes portugueses que han trabajado en multinacionales, han vuelto a sus PYME y han traído consigo experiencia, exigencia y ambición global. Esto está cambiando la cultura empresarial portuguesa desde dentro.

El Gobierno habla ahora de reforzar esta dinámica con 10.000 millones de euros a través del Programa Reforzar, con sólidas líneas de financiación y apoyo específico a las empresas exportadoras. Pero, más que fondos, lo que Portugal necesita es visión estratégica. Y en este punto hay algo que me parece crucial: diversificar los mercados.

Por eso debe considerarse prioritario el acuerdo con Mercosur, que podría eliminar los aranceles sobre el 90% de los productos y abrir un mercado con más de 300 millones de consumidores. Brasil, por ejemplo, con 200 millones de habitantes, sólo representa el 5% de nuestras exportaciones. El margen de crecimiento es gigantesco.

Portugal está cambiando. No es un eslogan. Es una constatación. Estamos construyendo una economía más abierta, más cualificada y más ambiciosa. Y si seguimos por este camino, apoyados en el talento de nuestras startups y en la nueva generación de líderes, creo sinceramente que en los próximos años veremos a Portugal asumir un papel económico que durante décadas pareció inalcanzable.

El reto es no perder este ritmo. El futuro nos llama. Y esta vez, estamos preparados para responder.