Esta conclusión se desprende de un estudio publicado por el Observatorio de la Sociedad Portuguesa Behavioral Insights Unit de la Escuela de Negocios y Economía Católica de Lisboa, que evaluó las preocupaciones de los portugueses en materia de vivienda, flujos migratorios y salud.
En el ámbito de la salud, los resultados de la encuesta realizada entre el 10 y el 18 de julio revelan una marcada insatisfacción con el funcionamiento del SNS.
Entre los 1.134 encuestados, con edades comprendidas entre los 20 y los 69 años, el 89,6% cree que el estado actual del SNS está provocando un deterioro de la calidad de los servicios prestados, y el 85,1% teme no recibir la atención necesaria en caso de enfermedad.
Del mismo modo, el 84,6% teme incluso que el SNS pueda afectar negativamente a su calidad de vida, y a cerca de ocho de cada diez les preocupa pagar más por la asistencia sanitaria.
Atendiendo a situaciones concretas, el estudio constata que el 37,4% admite haber pospuesto citas o tratamientos con cierta frecuencia debido a los largos tiempos de espera, un patrón que, según los autores, "evidencia que las listas de espera siguen representando un obstáculo significativo" para algunas personas, con "implicaciones para la equidad y la continuidad asistencial".
La responsabilidad se atribuye principalmente al Gobierno, cuya actuación es fuente de insatisfacción para más de la mitad de los entrevistados (64,2%), pero también a la actual Consejería de Sanidad, criticada por el 56,8%.
Por otra parte, el 57,3% expresó su satisfacción con los médicos, enfermeros y técnicos auxiliares.
A pesar de su valoración negativa del Sistema Único de Salud (SUS), muchos siguen sin ver en los planes de salud privados una alternativa, y cerca de cuatro de cada diez dicen no sentir necesidad de recurrir a esta opción.
Así, la asistencia sanitaria representa una pequeña parte de los gastos de la mayoría de las familias, y para más de la mitad de los entrevistados (62,5%), el gasto en este ámbito no supera el 10% de sus ingresos.