En declaraciones al término de su visita oficial a Canadá, Emídio Sousa admitió que "existen, de hecho, algunos retrasos en el Instituto de los Registros y del Notariado", especialmente en Lisboa, y afirmó que "el Gobierno ya está promoviendo la contratación de 50 nuevos técnicos" para acelerar la tramitación de las solicitudes.

"En este momento se trata esencialmente de reforzar los recursos humanos y, en cuanto se complete este proceso, creo que el problema dejará de existir", afirmó.

En los últimos meses, varios dirigentes y ciudadanos de la diáspora han expresado su preocupación por los retrasos en la validación de los certificados de nacimiento enviados por los consulados portugueses, que afectan tanto a recién nacidos como a adultos hijos de padres portugueses.

En algunos casos, los procesos llevan meses pendientes y, según los informes, la espera puede llegar a un año para las solicitudes de adultos.

Cuello de botella

Aunque los consulados tramitan las solicitudes con relativa rapidez, la fase final de validación en el IRN (Registro Nacional) de Portugal se ha identificado como el principal cuello de botella.

Esta diferencia en los tiempos de tramitación entre los ciudadanos que residen en el país y los que viven en el extranjero ha generado críticas por el trato desigual que reciben los ciudadanos portugueses de la diáspora, que afirman sentirse discriminados.

"El Gobierno portugués tiene la obligación de resolver esta situación, garantizando que los hijos de ciudadanos portugueses, independientemente de dónde hayan nacido, sean tratados como ciudadanos de pleno derecho", subrayó Emídio Sousa.

El funcionario también aseguró que sigue el asunto "desde hace varios meses" y que el Ministerio de Justicia ya está aplicando medidas concretas para reducir los tiempos de respuesta.