Según Jake McLaughlin, Director Ejecutivo de deVere Portugal, los inversores están mostrando un peligroso nivel de complacencia ante la escalada de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio, a pesar de las crecientes pruebas de que los recientes ataques aéreos de EE.UU. contra Irán no lograron los objetivos previstos.

McLaughlin afirma que los mercados no están valorando en su justa medida las posibles consecuencias de la situación, a la vista de las nuevas evaluaciones de los servicios de inteligencia y de los análisis satelitales independientes.

"Hasta ahora, la respuesta de los inversores ha sido alarmantemente muda", afirma McLaughlin. "Estamos hablando de una acción militar contra la infraestructura nuclear iraní, algo que normalmente provocaría una mayor aversión al riesgo en todas las clases de activos mundiales. Sin embargo, los mercados se comportan como si no pasara nada".

De hecho, varios de los principales índices bursátiles han superado recientemente niveles técnicos clave. El S&P 500 ha alcanzado nuevos máximos históricos, recuperándose totalmente de su caída primaveral y cotizando ahora por encima de los niveles vistos por última vez antes de los anuncios de aranceles estadounidenses. Del mismo modo, el FTSE 100 se mantiene justo por debajo de su récord de junio, impulsado por el buen comportamiento de los valores financieros y energéticos. Este impulso alcista subraya hasta qué punto los inversores están descontando el riesgo geopolítico.

Según informes de la Agencia de Inteligencia de Defensa del Pentágono, los ataques aéreos del 22 de junio ordenados por el presidente estadounidense Donald Trump infligieron daños visibles en sitios como Fordow y Natanz, pero no llegaron a asestar un golpe decisivo a las instalaciones nucleares más fortificadas de Irán. Las imágenes de satélite publicadas en los últimos días apoyan esta evaluación, mostrando el impacto a nivel de superficie, pero sin confirmación de que los complejos subterráneos hayan sido violados.

McLaughlin cree que esta falta de claridad aumenta el riesgo de una nueva escalada.

"La historia demuestra que los ataques parciales que no logran neutralizar las infraestructuras críticas a menudo conducen a un ciclo de represalias", afirma. "El siguiente paso probable de Irán es acelerar su programa nuclear en desafío, aumentando la probabilidad de nuevas acciones militares y la inestabilidad regional".

A pesar de estas preocupaciones, los indicadores de riesgo tradicionales se mantienen sorprendentemente estables. Los precios del petróleo siguen cotizando muy por debajo de los niveles que suelen observarse durante los principales enfrentamientos en Oriente Próximo, mientras que las divisas sensibles al riesgo y la renta variable mundial muestran escasas señales de posicionamiento defensivo.

"Esta desconexión es sorprendente", añade McLaughlin. "Los mercados energéticos no están reflejando la magnitud de las posibles perturbaciones. Los mercados de renta variable tampoco están mostrando el tipo de rotación hacia refugios seguros que cabría esperar cuando el riesgo geopolítico está aumentando en múltiples frentes."

Más allá de la situación en Irán, McLaughlin apunta a una tendencia más amplia de complacencia de los inversores.

"Estamos viendo la misma actitud relajada hacia las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, que se están calentando de nuevo con nuevas amenazas arancelarias", dice. "Las preocupaciones de seguridad energética de Europa se están profundizando, con el almacenamiento de gas funcionando por debajo de las normas estacionales y las divisiones políticas ampliándose. Añádase a esto el ablandamiento de los datos económicos tanto de la eurozona como de China, y está claro que los riesgos se están acumulando rápidamente."

McLaughlin advierte de que esta falsa sensación de calma en el mercado podría dejar a los inversores peligrosamente expuestos si el sentimiento cambia.

"La complacencia en sí misma es una posición arriesgada", explica. "Los mercados pueden revalorizarse rápida y gravemente cuando la aversión al riesgo se desata por fin".

Aconseja a los clientes que tomen medidas proactivas para proteger sus carteras.

"No es el momento de sentarse a esperar la estabilidad", afirma McLaughlin. "Los inversores deberían estar revisando las asignaciones ahora, aumentando la exposición a estrategias de protección contra caídas y asegurándose de que las carteras están diversificadas globalmente."

Aunque los titulares geopolíticos a veces pueden desencadenar una volatilidad efímera, McLaughlin sostiene que el entorno actual es diferente.

"No nos enfrentamos a un único punto álgido", afirma. "Se trata de una convergencia de riesgos geopolíticos, económicos y de mercado que se están pasando por alto".

Ante la probabilidad de que se produzcan nuevos acontecimientos en las próximas semanas, especialmente en relación con el programa nuclear iraní y las posibles respuestas de EE.UU., el mensaje de McLaughlin a los inversores es contundente.

"Esto no es un simulacro", afirma. "El entorno de riesgo está cambiando rápidamente, y los inversores que ignoren estas señales de advertencia podrían encontrarse reaccionando demasiado tarde".

Puede ponerse en contacto con Jake para cualquier pregunta aquí: jake.mclaughlin@devere-portugal.pt o la oficina de deVere Portugal +351 22 110 9071 o reservar una reunión con él aquí https://calendly.com/jake-mclaughlin/review