"LIFE Islas Barrera ha demostrado que la conservación es posible, eficaz y reproducible. Ahora, corresponde a las autoridades y a la sociedad mantener vivo este compromiso", afirma Joana Andrade, coordinadora del proyecto, citada en un comunicado de la Sociedad Portuguesa para el Estudio de las Aves (SPEA).
Iniciado en 2019, el proyecto incluyó medidas de bioseguridad, restauración de dunas, modernización del Centro de Recuperación e Investigación de la Fauna Silvestre (RIAS) y actividades educativas en las que participaron más de 6.800 estudiantes.
Según Joana Andrade, la medida "fue crucial para la recuperación de la población de gaviota de Audouin ('Larus audouinii'), una especie en declive mundial, que encontró refugio" en esa importante zona ecológica de la costa del Algarve.
"En 2019 había aproximadamente 2.500 nidos, y en 2024, ese número superaba los 7.000. La recuperación vino acompañada de una reciente expansión natural de la colonia desde Ilha Deserta hasta Ilha da Culatra, reduciendo los riesgos asociados a la concentración en un solo lugar", subraya.
Durante seis años, explica, el proyecto LIFE Islas Barrera permitió eliminar todos los gatos asilvestrados de Ilha Deserta, "reduciendo el riesgo de depredación", al tiempo que se instalaron trampas "para controlar los roedores y se elaboró un plan de bioseguridad".
Además de actualizar el Plan de Acción Internacional para la gaviota de Audouin, el proyecto también propone ampliar la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de Ria Formosa, con lo que se pretende quintuplicar la superficie marina de la ZEPA, fundamental para garantizar la protección de las aves marinas amenazadas.
Según la SPEA, el charrán común ('Sternula albifrons'), especie vulnerable por anidar en la arena, se ha beneficiado de la instalación de vallas y señalización en las playas, reduciendo las molestias humanas.
Recuperación de la fauna
En el ámbito de la recuperación de fauna, el proyecto LIFE Islas Barrera modernizó el Centro RIAS, que trató 7.562 aves marinas entre 2019 y 2024, devolviendo 3.208 a la naturaleza.
Al mismo tiempo, "se identificó el agente causante del síndrome parético, el botulismo, lo que permitió crear un protocolo terapéutico compartido a nivel internacional", destaca la AEPD.
En la isla Deserta, las dunas grises, consideradas "un hábitat crítico y frágil", también fueron objeto de atención, "mediante la limitación del acceso de las gaviotas y la eliminación de plantas invasoras" en 1,6 hectáreas utilizando técnicas innovadoras para eliminar especies como la planta del hielo.
Medidas como el uso de redes oscuras para eliminar la planta de hielo "resultaron eficaces, y la cartografía de plantas invasoras en las islas restantes inspiró acciones para eliminar estas especies en las islas de Tavira y Armona", reza la nota.
El proyecto también desarrolló acciones para reducir la captura accidental de aves por las redes de pesca, promoviendo buenas prácticas entre los pescadores, y se probaron métodos disuasorios en vertederos y puertos, con el objetivo de limitar el acceso de las gaviotas patiamarillas a las fuentes de alimento.
El proyecto LIFE Islas Barrera fue financiado por la Unión Europea y el Fondo de Medio Ambiente, y en él participaron seis socios: SPEA (Sociedad Portuguesa para el Estudio de las Aves), las Universidades de Algarve y Coimbra, el Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques, RIAS (Centro de Evaluación e Investigación del Impacto Ambiental) y la empresa Animaris -concesionaria de la zona de restauración de la isla de Barreta-.
Según la SPEA, la "continuidad de los buenos resultados" dependerá de la implantación de la nueva ZPE [Zona de Protección Especial] marina y de la continua colaboración entre instituciones, pescadores y ciudadanos, a través del Plan de Conservación Post-LIFE para los próximos cinco años.






