Ante más de 200 alumnos del Instituto Dr. Joaquim de Carvalho de Figueira da Foz, el mismo al que asistió en la década de 1980, Alexandre reflexionó sobre la percepción social de los profesores. "No puedo entender cómo los profesores han sido tan infravalorados socialmente. Durante muchos años participaron en manifestaciones, con razón. Pero los profesores deberían ser respetados por sus conocimientos, su autoridad y por formar a generaciones de estudiantes. Cuando protestan constantemente, esa aura se pierde", argumentó.

El ministro aclaró que no estaba criticando las protestas pasadas de los profesores, reconociendo que a menudo se les trataba injustamente, tanto profesional como socialmente. Subrayó que la valoración de los profesores debe empezar por restablecer su posición social, y describió a los educadores como personas que dejan una huella duradera en la vida.

En cuanto al modo en que el Gobierno pretende hacer más atractiva la docencia, Alexandre destacó las próximas negociaciones con los sindicatos, que se habían estancado bajo la administración anterior. Entre las principales propuestas figuran la supresión de las cuotas en los escalones 5º y 7º de la carrera profesional -medidas que actualmente obstaculizan la progresión profesional- y el aumento de los salarios en los niveles de entrada, que siguen siendo bajos en comparación con las oportunidades del sector privado.

También subrayó los esfuerzos por resolver la escasez de profesores, revelando que más de 2.000 docentes que antes trabajaban en ayuntamientos y otras instituciones están siendo reasignados a escuelas. "La prioridad es la enseñanza. Si alguien es imprescindible en otro sitio, se permitirá la movilidad. Pero si son necesarios en las escuelas, allí estarán", dijo.

Alexandre subrayó que el progreso de Portugal depende de un sistema educativo estable. "No podemos alcanzar nuestros objetivos como país sin profesores motivados y, de hecho, sin personal no docente motivado también".