Se espera que la inversión de 4,8 millones de euros en la finca de 35 hectáreas, que pertenece al grupo, cree 25 puestos de trabajo directos, incluyendo las instalaciones de producción de cerveza artesanal y cítricos, el centro de interpretación y el espacio de restauración asociado al proyecto, según declaró a Lusa Arnaldo Baptista, propietario del grupo empresarial con sede en Coimbra.
Hoy, la Asamblea Municipal votará sobre el reconocimiento del proyecto como interés público municipal, después de que la inversión fuera aprobada por unanimidad en una reunión del Consejo Municipal de Coimbra a principios de este mes.
La empresa, que resucitó las históricas marcas de cerveza de Coimbra Topázio y Onyx, pretende aumentar significativamente su capacidad de producción con esta inversión, pasando de los 800.000 litros actuales a aproximadamente cinco millones de litros al año, añadió Pedro Baptista, director ejecutivo de Praxis e hijo del fundador, señalando que se espera que la inversión se complete en el plazo de un año.
Este proyecto también busca reforzar su apuesta por la citrosidra, bebida que el grupo lanzó en 2022.
De hecho, en esta finca se encuentra parte de la materia prima, como naranjos y manzanos, que alimentan la producción, creada a partir de mosto elaborado con cantidades iguales de manzanas y naranjas. El resto procede de otros productores de la región.
Esta nueva bebida fermentada es el resultado de una tesis de máster que decidió realizar Arnaldo Baptista, en una colaboración entre la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Coimbra y la Escuela de Agricultura, que presentó en 2016.
"Soy de los que dicen que Coimbra es la ciudad de los tesoros olvidados. Y quería profundizar en la imagen que tenía de la Coimbra de los naranjales", dijo, haciendo hincapié en la presencia histórica de las naranjas en la región.
Tras invertir en cerveza, se dio cuenta de que había espacio para crear una sidra que mezclara naranja y manzana, alejada de las sidras comerciales "hipersugresivas".
"Es para gente a la que le gustan los productos secos", que tienen "la manzana aterciopelada, la acidez, pero también el toque cítrico, de la naranja", explica el fundador del grupo.
Situada en la frontera entre Coimbra y Montemor-o-Velho, además de huertos, la granja tiene vacas, ovejas y cerdos de cría y es un símbolo del compromiso de la empresa con la economía circular.
Según el director de Praxis, hay un "gran aprovechamiento de los residuos", en particular de los residuos sólidos de los cereales utilizados en la producción de cerveza, que "son ricos en proteínas y fibra" y sirven de alimento para las vacas.
"Los excedentes de comida del restaurante [Praxis] y los posos del café se compostan y se utilizan como abono", añade.
En la granja está prevista una unidad de producción con una altura de techo de unos diez metros, pero estará "prácticamente enterrada en el suelo" y cubierta de vegetación para garantizar que no se creen cuerpos extraños en el lugar, explicó Arnaldo Baptista.
El centro de interpretación, que honrará "todo el trabajo de disertación", explicará el proceso de fermentación y creación de la sidra, subrayó Pedro Baptista, quien señaló que, en el futuro, podría desarrollarse un proyecto hotelero para la finca.
Para Arnaldo Baptista, el reconocimiento del interés público municipal ayudará a desbloquear el proceso con el Ministerio de Agricultura, lamentando que todos los proyectos singulares encuentren resistencia por parte de los organismos estatales.
Ya ocurrió con Praxis, señaló, recordando que, en su momento, el proyecto, que combinaba restauración y producción en un mismo espacio, se había iniciado en 1998, pero sólo vio la luz en 2007.
"Cuando llega un proyecto con cierta audacia, se produce una discriminación negativa", lamentó.







