Tras meses de paciente cuidado de la tierra, cultivando las plantas y confiando en el ritmo de la naturaleza, por fin ha llegado la temporada de la cosecha, y está llena de promesas.

Desde agosto hasta principios de septiembre, el sol portugués hace madurar los higos chumbos -conocidos localmente como figo da Índia- en brillantes gemas de color rojo, naranja o incluso morado intenso. Aunque las primeras flores aparecen ya en mayo, el fruto tarda varios meses en alcanzar la perfección. En regiones como el Alentejo, algunos productores incluso cosechan por la noche para escapar del intenso calor diurno.

"Hay algo esperanzador en la época de la cosecha", dice Pedro. "Cada fruta tiene un destino: en el plato de alguien, en una botella o como parte de algo completamente nuevo. Es emocionante".

Pero cosechar esta fruta vibrante no es tarea sencilla. Las peras maduras no muestran verdor en sus puntas y se desprenden con suavidad, pero sólo si se está bien preparado. En PCactus, la seguridad es clave. El equipo de Pedro lleva ropa protectora, guantes y pinzas, y recoge la fruta con cuidado y respetando la fauna circundante. Siempre se dejan algunos, un agradecimiento silencioso a la naturaleza.

Una vez recolectados, empieza la verdadera magia. La fruta es dulce, terrosa y sutilmente floral, con toques de sandía y chicle. Deliciosa fría, mezclada en ensaladas o en batidos y cócteles, es tan versátil como hermosa.

Además de la fruta fresca, los productos de valor añadido transforman los higos chumbos en delicias gourmet:

  • La ginebra Condesa combina el higo chumbo con el azahar para darle un toque floral y afrutado.
  • El licor Encosturas combina la fruta con notas de plátano, manzanilla y frutos secos.
  • Los licores de Opuntia ofrecen un sabor atrevido, como el tequila, único en el mundo de los cactus.
  • Incluso los nopales se recolectan jóvenes para utilizarlos en salteados y platos salados.

Así que la próxima vez que visite su mercado local, busque figos da Índia, y acuérdese de Pedro, de PCactus, cuya pasión da vida a la fruta más resistente de Portugal.

Por Debra Cunha